lunes, 7 de marzo de 2016

AGUJAS DE MASAJE

   UN POCO DE HISTORIA:
                                                Antiguamente, la gente, había vivido un largo tiempo en el que, cuando alguien se sentía indispuesto, se masajeaba o se golpeaba instintivamente en las zonas corporales afectadas, hasta que se aliviaban o desaparecían los síntomas de la indisposición. Luego de innumerables prácticas, se llegó al convencimiento de que cuando se sentía dolor o indisposición en alguna parte del cuerpo, se debían dar masajes o golpes en dicha zona e incluso pincharla o presionarla con objetos agudos, para aliviar los síntomas o hacerlos desaparecer. Esto constituye el germen de la acupresión, y esas zonas, en la que se aplicaban masajes o golpes, se constituyeron más tarde en base de partida para hallar los “puntos” acupunturales
   En el periodo del tratamiento acupuntural incipiente se trataban los desequilibrios con agujas de piedra denominadas Bian, chan y zhen. Y en la edad neolítica, además de agujas de piedra artificialmente pulidas se usaban también agujas pulidas de huesos o de bambú como instrumentos para la acupresión. En consonancia con el desarrollo social, luego de la creación de la metalurgia, aparecieron sucesivamente  agujas de diferentes metales; por ej.: las agujas de hierro, de plata y de aleaciones metálicas, y hoy se fabrican agujas de acero inoxidable muy finas y de fácil manejo.
   A medida que se iban ampliando y acumulando experiencias en el tratamiento, fueron surgiendo nuevas experiencias en cuanto a la forma de los instrumentos. Las “nueve agujas” constituyen un símbolo del nuevo desarrollo de la técnica y la teoría de la MTC.
                           
   Las “nueve  agujas” son : chan, para punzar superficialmente la piel;  yuan, con cabeza redonda para aplicar masajes, chi, para presionar, feng, para sangrar, pi, para extraer pus, yuanli, con cuerpo redondo y punta aguda para casos de urgencias; filiforme de amplio uso; larga, para insertar profundamente de gruesa musculatura y grasa, y grande, útil para tratar enfermedades de las articulaciones. El uso de las “nueve agujas” no solo enriqueció los métodos del tratamiento, sino que también mejoro sus resultados. A lo largo de su prolongada evolución, algunas de las “nueve agujas” se han desarrollados y otras han quedado fuera de uso.
   Los “puntos” de acupresión son aquellos  sitios específicos del cuerpo humano donde se aplican estímulos y que pueden producir, mediante tal aplicación, cierta reacción en otras zonas o en algún otro órgano de manera que se logran resultados curativos. Según la teoría de meridianos de la MTC, los puntos pueden trasmitir a la superficie la función de los órganos del interior del cuerpo humano y sus cambios, y al mismo tiempo, comunicar los factores exógenos que recibe la superficie al interior, razón por la cual se dicen que los puntos tienen la delicada función de “transmisión”.
   Al principio, los puntos no tenían sitios determinados ni nombres propios, ni tampoco fueron hallados todos a la vez. Tras un largo tiempo de práctica, la gente llego a saber que masajear, punzar, presionar o cauterizar ciertos sitios podía causar reacción en estos lugares y en otras zonas correspondientes, de modo que se podía hacer que desapareciesen o se aliviasen ciertos desequilibrios. Poco a poco, la localización y la función de cada punto se han ido especificando. Y para facilitar su recuerdo y memorizar sus indicaciones se los fue denominando según las características de la parte donde se encuentra cada punto y de acuerdo con su función particular.
   Por otra parte, a través de constantes prácticas clínicas, se ha descubierto que cuando uno padece cierta enfermedad, aparecen en determinado punto, o en algunos puntos que se encuentran en diferentes zonas, fenómenos anormales, tales como el dolor, distensión o calor. Esto ha conducido al conocimiento de la ley de relación entre los puntos y las enfermedades, y, por consiguiente, se ha llegado al diagnóstico por observación de los puntos.
   El hallazgo de los puntos y la ampliación de sus usos constituyen un importante adelanto en la MTC. Su valor no solo radica en el conocimiento de su locación en el cuerpo humano y de su función, sino también en que se ha dado origen a la teoría de Meridianos. En el pasado, al aplicarse el tratamiento, se fue observando que con determinada manipulación las sensaciones de dolor, entumecimiento, distensión y pesadez en el paciente se extendían siempre a lo largo de determinada dirección. Más tarde se descubrió que ciertos puntos que se encontraban en diferentes partes tenían la misma o parecida función; así, se llegó a comprender la ley que los relaciona. Sobre esta base de conocimiento, se ligaron los puntos que tenían similares funciones o íntimas relaciones. Desde el “punto” se llegó a la “línea”, y a partir de ellos, a la noción de “Meridianos”, concepto que se refiere a las particulares relaciones internas entre ciertos puntos o entre estos y algunos órganos.

 


   El “Neijing” se refiere a que los meridianos, ligándose entre sí según cierto orden, forman una red que “…se extiende por todas las partes del cuerpo con circulación permanente”. Estos meridianos se cruzan entre sí, comunican lo interior con lo superficial, y viceversa, y llegan a todas las partes del cuerpo, formándose así todo un “sistema de meridianos y colaterales” que vinculan de esta manera todos los órganos internos, los tejidos, las diversas partes de la cabeza, la cara, el tronco y las extremidades, haciendo que el cuerpo humano sea un todo íntegro y unificado.
  
 Imágenes de nuestro Taller de Acupresión 2015