AGUJAS
DE MASAJE
UN POCO DE HISTORIA:
Antiguamente, la gente, había vivido un largo tiempo en el que, cuando
alguien se sentía indispuesto, se masajeaba o se golpeaba instintivamente en
las zonas corporales afectadas, hasta que se aliviaban o desaparecían los
síntomas de la indisposición. Luego de innumerables prácticas, se llegó al
convencimiento de que cuando se sentía dolor o indisposición en alguna parte
del cuerpo, se debían dar masajes o golpes en dicha zona e incluso pincharla o
presionarla con objetos agudos, para aliviar los síntomas o hacerlos
desaparecer. Esto constituye el germen de la acupresión, y esas zonas, en la
que se aplicaban masajes o golpes, se constituyeron más tarde en base de
partida para hallar los “puntos” acupunturales
En el
periodo del tratamiento acupuntural incipiente se trataban los desequilibrios
con agujas de piedra denominadas Bian,
chan y zhen. Y en la edad neolítica, además de agujas de piedra
artificialmente pulidas se usaban también agujas pulidas de huesos o de bambú
como instrumentos para la acupresión. En consonancia con el desarrollo social,
luego de la creación de la metalurgia, aparecieron sucesivamente agujas de diferentes metales; por ej.: las
agujas de hierro, de plata y de aleaciones metálicas, y hoy se fabrican agujas
de acero inoxidable muy finas y de fácil manejo.
A medida que se iban ampliando y acumulando
experiencias en el tratamiento, fueron surgiendo nuevas experiencias en cuanto
a la forma de los instrumentos. Las “nueve agujas” constituyen un símbolo del
nuevo desarrollo de la técnica y la teoría de la MTC.
Las “nueve agujas” son : chan, para punzar superficialmente la piel; yuan,
con cabeza redonda para aplicar masajes, chi,
para presionar, feng, para sangrar, pi, para extraer pus, yuanli, con cuerpo redondo y punta
aguda para casos de urgencias; filiforme de amplio uso; larga, para insertar
profundamente de gruesa musculatura y grasa, y grande, útil para tratar
enfermedades de las articulaciones. El uso de las “nueve agujas” no solo enriqueció
los métodos del tratamiento, sino que también mejoro sus resultados. A lo largo
de su prolongada evolución, algunas de las “nueve agujas” se han desarrollados
y otras han quedado fuera de uso.
Los “puntos” de acupresión son aquellos sitios específicos del cuerpo humano donde se
aplican estímulos y que pueden producir, mediante tal aplicación, cierta
reacción en otras zonas o en algún otro órgano de manera que se logran
resultados curativos. Según la teoría de meridianos de la MTC, los puntos
pueden trasmitir a la superficie la función de los órganos del interior del cuerpo
humano y sus cambios, y al mismo tiempo, comunicar los factores exógenos que
recibe la superficie al interior, razón por la cual se dicen que los puntos
tienen la delicada función de “transmisión”.
Al principio, los puntos no tenían sitios
determinados ni nombres propios, ni tampoco fueron hallados todos a la vez.
Tras un largo tiempo de práctica, la gente llego a saber que masajear, punzar,
presionar o cauterizar ciertos sitios podía causar reacción en estos lugares y
en otras zonas correspondientes, de modo que se podía hacer que desapareciesen
o se aliviasen ciertos desequilibrios. Poco a poco, la localización y la
función de cada punto se han ido especificando. Y para facilitar su recuerdo y
memorizar sus indicaciones se los fue denominando
según las características de la parte donde se encuentra cada punto y de
acuerdo con su función particular.
Por otra parte, a través de constantes prácticas
clínicas, se ha descubierto que cuando uno padece cierta enfermedad, aparecen
en determinado punto, o en algunos puntos que se encuentran en diferentes
zonas, fenómenos anormales, tales como el dolor, distensión o calor. Esto ha
conducido al conocimiento de la ley de relación entre los puntos y las
enfermedades, y, por consiguiente, se ha llegado al diagnóstico por observación
de los puntos.
El hallazgo de los puntos y la ampliación de
sus usos constituyen un importante adelanto en la MTC. Su valor no solo radica
en el conocimiento de su locación en el cuerpo humano y de su función, sino
también en que se ha dado origen a la teoría de Meridianos. En el pasado, al
aplicarse el tratamiento, se fue observando que con determinada manipulación
las sensaciones de dolor, entumecimiento, distensión y pesadez en el paciente
se extendían siempre a lo largo de determinada dirección. Más tarde se
descubrió que ciertos puntos que se encontraban en diferentes partes tenían la
misma o parecida función; así, se llegó a comprender la ley que los relaciona.
Sobre esta base de conocimiento, se ligaron los puntos que tenían similares
funciones o íntimas relaciones. Desde el “punto” se llegó a la “línea”, y a
partir de ellos, a la noción de “Meridianos”, concepto que se refiere a las
particulares relaciones internas entre ciertos puntos o entre estos y algunos
órganos.
El
“Neijing” se refiere a que los meridianos, ligándose entre sí según cierto
orden, forman una red que “…se extiende
por todas las partes del cuerpo con circulación permanente”. Estos
meridianos se cruzan entre sí, comunican lo interior con lo superficial, y
viceversa, y llegan a todas las partes del cuerpo, formándose así todo un
“sistema de meridianos y colaterales” que vinculan de esta manera todos los
órganos internos, los tejidos, las diversas partes de la cabeza, la cara, el
tronco y las extremidades, haciendo que el cuerpo humano sea un todo íntegro y
unificado.
Imágenes de nuestro Taller de Acupresión 2015